Primero, queremos desgranar el término «contaminación acústica», que hace referencia mayoritariamente al ruido (entendido como sonido excesivo y molesto), que viene provocado principalmente, por actividades de carácter “humano”, como: tráfico, industrias, locales de ocio, aviones, barcos, entre otros… produciendo una serie de efectos negativos sobre la salud auditiva, física y mental, de toda persona que reciba esta serie de impactos acústicos.
Además de la pérdida de audición, la exposición a niveles elevados de ruido puede producir alteraciones psíquicas, estrés, irritabilidad, insomnio, taquicardias e hipertensión arterial. Estos efectos, catalogados como “enfermedades por ruidos“, son difíciles de cuantificar.
Otro efecto en el comportamiento acústico, es la reverberación. Las ondas sonoras, cuando encuentran un obstáculo en su camino en parte se reflejan y avanzan de nuevo, con menor energía, avanzan en otra dirección, se reflejan y avanzan de nuevo. Así, el sonido que llega es la combinación del que se transmite directamente desde el foco que lo origina junto con los diferentes focos, pudiendo sufrir contaminación por ruido.
Prevenir las consecuencias nocivas del ruido
Recomendamos las siguientes acciones para reducir el ruido y al mismo tiempo, protegerse.
– Prestar atención a los ruidos que hacemos y respetar el derecho de los demás a disfrutar de un ambiente sonoro confortable.
– Cuando vayas en coche, evitar el claxon (excepto que sea necesario, para prevenir accidentes). Evite aceleraciones bruscas e innecesarias. Si empleamos alarmas en automóviles, procurar que sean de corta duración.
– Escuchar música y televisión a un nivel que no produzca molestias a los demás.
– Moderar el tono de llamada al mantener una conversación telefónica, tanto en nuestra vivienda como fuera de la misma.
– Mantener conversaciones con un volumen de voz moderado (no es necesario hablar en voz alta ni gritar, para que los demás nos oigan).
– Ser especialmente cuidadosos en el uso de electrodomésticos durante la noche.
– Si nos exponemos a niveles sonoros elevados, utilizar el material de protección adecuado (cascos, tapones..).
– Para nuestro hogar, utilizar el aislante acústico, solo en casos, que sea necesario (contaminación acústica, principalmente).