Deben de orientarse a reducir el impacto asociado para agentes externos como sequías, inundaciones, heladas fuera de temporada, fuertes marejadas o incendios devastadores que cada año desafortunadamente tienden al alza. Una manera de hacer frente a estos fenómenos es recuperando las barreras naturales que interfieran o ralenticen los flujos de materia y energía. Un ejemplo sería, restaurando y favoreciendo dunas costeras, marismas y manglares que hacen frente a los embates del mar y atenúan las inundaciones costeras.
Un futuro (no tan lejano como pensamos), nos traerá subidas bastante elevadas en los niveles de contaminación y un imparable avance del cambio climático. Precisamente, todas las ciudades deberán de adaptarse a los nuevos retos del calentamiento global inventando fórmulas para hacerle frente y al tiempo ayudar a su control.
Por otra parte, es innegable que existe una tendencia hacia un diseño urbano más ecológico y sostenible como respuesta a la constante ampliación de las ciudades, que tienden a formar grandes megalópolis masificadas y, en fin, tremendamente deshumanizadas. Los proyectos ecológicos están comenzando poco a poca a entrar a nuestras vidas, y no solo se limita a realizar acciones como la recogida de basuras, cuidado de bosques o zonas verdes, el reciclaje, ahorro de luz y energía y/o el consumo responsable de productos… una categoría está evolucionado gracias a la tecnología (mayoritariamente) de iniciativas que contemplan la construcción de edificios inteligentes, el ecoturismo o incluso el arte ecológico.
Aema cuenta con un plan de jardinería y paisajismo en el que somos consecuentes con el medio ambiente y que nuestros operarios, cuentan con una formación medioambiental con la que dan forma sus trabajos con las debidas herramientas de manera sostenible.
Las ventajas de una restauración medioambiental
Es bien sabido por todas y todos que, frente al cambio climático, como ante cualquier cambio global, caben dos grupos de acciones principales: la mitigación, reducir la magnitud del cambio, y la adaptación, que implica adecuarse a los impactos que previsible e inevitablemente este cambio va a traer consigo.
Los expertos en restauraciones medioambientales perseveran en la necesidad de entender que la participación y la conexión de todas partes implicadas es vital para que los proyectos de restauración de productos lleguen a buen puerto.
Para acabar, en la pasada Cumbre del Clima, se pusieron sobre la mesa varias iniciativas que tienen que ver con el estudio de los efectos del cambio climático sobre los ecosistemas, así como estrategias que incluyen estos efectos a la hora de plantear la restauración y la conservación de la biodiversidad, tanto a escala nacional como internacional.